In Defense of the Life Assignment

I started at the surface, feeling about my face,
the low jawbone my mother had given me
as weapon against austerity. Two decades before,
my father had died. I was desperate under summer’s
isosceles. A fragile machine descended
with a yellowing haze on the city.
Whom had I been then, but the sediment inside
that thing I named Ricardo Alberto?
Blessed is he, blessed in the reddening
of medical pins, blessed under fluorine yolks.
I venerated my mother at Centro Médico, her prayer cards
at midnight, the saffron of her blood tearing as it coursed,
a thick mass on concrete inside coral.
Mother, today it snows in another city besieged by comet tails.
You breathed that day, the sharp instrument of men
on your heart—waded, they waded, I remember the wings
of your lungs. It was midnight when I went in search of angels
in the shoes of the sick near the gates of heaven.
On the seventh day, we all take repose in the Kingdom
of the Sick. Blessed are they, blessed the cold comfort of a wind
rushing over teeth, blessed the long corridors
of heaven, blessed the gelatin in refrigerators,
the instant coffee, blessed our sentence of silver, of flowers.
Blessed may they be, blessed.

 


 

En defensa de la vida asignada

 

Empecé al ras, tanteando en mi rostro
el mentón bajo que me había entregado mi madre
como rango contra la austeridad. Dos décadas atrás,
había muerto mi padre. Yo lloraba bajo el isósceles
de junio. Una maquina frágil como niebla amarilla
de estrellas había descendido sobre la ciudad.
¿Quién habré sido aquella vez, además del sedimento dentro
de algo que había llamado Ricardo Alberto?
Bienaventurado sea, bienaventurado en el rojo
fijo y aséptico de alfileres, bienaventurado bajo las yemas de flúor.
Veneré a mi madre en Centro Médico, sus estampitas a media
noche, el azafrán de sangre que rasgaba su curso de masa espesa
sobre el concreto de coral.
Madre, hoy nieva en otra ciudad bajo colas de cometas.
Apenas respirabas aquel día con los instrumentos ásperos
de hombres en tu corazón. Bogando, bogando, recuerdo las alas
de tu pulmón. Eran las doce cuando salí en búsqueda de ángeles
entre los zapatos de los enfermos cerca de las puertas del cielo.
Era el séptimo día cuando se tomaba la siesta en el Reino
de los Enfermos. Bienaventurados sean, bienaventurado el rumor
frío acogedor sobre los dientes, bienaventurados los largos pasillos
de los cielos, bienaventurada la gelatina en los refrigeradores,
el café instantáneo. Bienaventurados en su condena de plata y flor.
Bienaventurados sean.

From The Life Assignment (Four Way Books, 2020) by Ricardo Alberto Maldonado. Copyright © 2020 by Ricardo Alberto Maldonado. Used with the permission of The Permissions Company, LLC, on behalf of Four Way Books.